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Salmos

Salmos de protección para el hogar, la familia y la vida

Salmo 91: El refugio bajo las alas de Dios:

El que mora al abrigo del Altísimo
descansará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré al Señor: “Mi refugio y mi fortaleza,
mi Dios en quien confío.”
Él te librará del lazo del cazador,
de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
y bajo sus alas hallarás refugio;
su fidelidad será tu escudo y baluarte.
No temerás el terror de la noche,
ni la flecha que vuela de día,
ni la pestilencia que acecha en las tinieblas,
ni la plaga que destruye al mediodía.
Caerán mil a tu lado,
y diez mil a tu diestra,
pero a ti no te alcanzará.

Salmo 23: El buen pastor que cuida y guía:

El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.
Mi alma restaura;
me guía por senderos de justicia por amor de su nombre.
Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento.
Preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por largos días.

Salmo 121: El guardián de Israel:

Alzaré mis ojos a los montes;
¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
que hizo los cielos y la tierra.
No permitirá que tu pie resbale;
no se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
el que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día,
ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal;
él guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
desde ahora y para siempre.

Estos salmos son una fuente de protección espiritual y fortaleza para el hogar, la familia y la vida en general. Recita estas palabras con fe y confianza, sabiendo que estás en las manos amorosas y protectoras de Dios.